Cuando era una niña pequeña mis padres festejaban con elogios mis ‘pequeños’ triunfos escolares. Cuando escuchaba halagos ‘es tan lista’…’llegara a donde quiera’ una parte de mi estaba encantada, hasta pensando que tenían toda la razón…pero otra parte de mi interior, tal vez ese ‘diablillo’ que llevamos dentro me mostraba una miradita retadora ¿A poco de veras lo crees? ¿Que te hace tan especial? y de allí ya empezaban las comparaciones, los ejemplos de otros que habían hecho algo mejor, los desaires, las burlas…porque de una u otra forma, todos si escarbamos el pasado o la infancia –por ideal que haya sido- tenemos, atorado en el interior o tan evidente y obvio- las dudas que, llamadas de otro modo podemos reconocerlas como miedo. La incertidumbre de ‘lanzarnos’ a alcanzar metas, la aprensión que nos frena, y vamos por la vida reprimidos, conformes, aparentando y solos, en la oscuridad de la noche o de los escapes ponemos una linterna invisible para visitar a nuestro mal consejero: el miedo.
Despues de mucho analizar el porque, como, cuando y donde empezó a enredarse en mi ese monstruito sigiloso, que, si no lo sacudo y agito se podía convertir en sentencia, tuve el valor de recordarme la verdad: que seguía siendo listísima, que mis triunfos nunca dejaron de existir, que a veces encontraba obstáculos pero que no me quedaba ‘engarrotada’ y decía a mi misma: ‘ese reto que me dura…’ y que nada ni nadie me iba a detener en el camino a perseguir y cumplir mis sueños.Tenia que partir de la base de recordar que todas las personas tenemos un potencial ilimitado por naturaleza. Sin embargo, la mayoría no tienen éxito, no tienen ni siquiera sueños… ¿como van a hacerse un mapa para ir a conseguirlos?
¿Por qué ocurre esto? la realidad de nuestra vida es que nuestro entorno cultural, social y familiar tiende a coartar nuestros sueños y deseos profundos, limita nuestra creatividad y termina por limitar nuestro potencial verdadero.
El primer paso a dar es tomar consciencia de que tenemos ese potencial ilimitado. Esta frase de Henry Ford me ayudó mucho para comprender esto:
“Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, en ambos casos tienes razón.”
Liberarnos de todo aquello que limita nuestro potencial implica tener valentía. Sin valentía no hay potencial ni hay éxito. ¿Que nos detiene? NADA. Si podemos y tenemos que hacerlo ¡ya! ¡A romper muchos miedos internos que nos mantienen bloqueados!.
NO podemos dejar que el entorno social o familiar entienda –antes que nosotros- los cambios que vamos a adoptar. Ellos tendrán que pelear sus propios fantasmas. También sus potenciales son ilimitados, después de todo. Ellos tendrán que comprobarlo!
Asi como despertamos y nos vemos frente al espejo para la rasurada, maquillada, para peinarnos y esos habitos NO nos dan miedo y no buscamos excusas para no lavarnos los dientes o empacar nuestro celular igual empezamos HOY a enfrentar cualquier barrera, cualquier excusa y cualquier auto-engaño.
Cuando plasme una imagen en una de las tarjetas de MUJER: Soy, Estoy y Voy, esta figura me hablaba, me dictaba: “TOMO MAS RIESGOS ESPERANDO QUE EMPEZANDO. CONOZCO MI POTENCIA ILIMITADO. MI CORAZON SABE QUE ES POSIBLE. YO SOY UN MILAGRO.
No le demos ninguna energía a la duda. Recordemos NUESTRO VALOR. No adoptes las herencias que traen las dudas. ¿Riesgos? ¡No nos vencen! Nos ‘arriesgamos al conducir el auto, al tomar un avión, al caminar a la esquina…pero los tenemos que asumir, ¿verdad?
Empezamos HOY. No nos refugiemos en pretextos ni en la zona de confort, ni les heredemos las excusas a los hijos, a las parejas, a nadie. Es NUESTRA VIDA. Tomemos el primer paso y que nada nos detenga. Somos valientes…bueno, YO soy valiente… ¿tu no?